Un líder en tiempos difíciles

En los momentos que estamos viviendo se requiere de líderes verdaderos, y estos líderes lo demuestran en su proceder dentro y fuera de su hogar. Un líder sabe hacía dónde se dirige, a quién dirige, y más aún, conoce el cómo llegar hacia donde se dirige. Un líder verdadero logra respaldo, mueve a su gente, y lo hace con compromiso y entusiasmo.

Si observamos los acontecimientos de las últimas semanas en Puerto Rico con relación a su futuro económico, los líderes que han aflorado carecen de alguna de los rasgos que hemos mencionado. Sin embargo, cabe evaluar uno de los conceptos de liderazgo según el gran John Maxwell en su libro The 21 Most Powerful Minutes in a Leader´s Day.

Según John Maxwell y el gran E. F. Hutton, los grandes líderes tienen integridad de carácter y todo aquel que despliegue inconsistencia de carácter no ha de lograr ser la voz en la vida de otros. Por lo tanto, un líder debe tener credibilidad y para lograrlo:

1. Debes realmente vivir el mensaje, el carácter habla más alto que el mensaje que se está llevando, así que mucho cuidado.
2. Debes ser más que un mensajero, no trates de llevar una misión donde no tengas tu corazón comprometido.
3. Debes tener un mensaje que sea más que un simple mensaje. El mensaje debe llevarte a cambiar el rumbo que se lleva, pero más que nada, debe contener la verdad y por medio de ella cambiarle el curso a una nación.
4. Debes tener responsabilidad con el resultado final y ser partícipe activo. Un buen Coronel del Ejército no solo envía a su gente a la batalla, sino que dirige a su gente en la batalla y participa en la línea de juego.

Si tu carácter es consistente con tu mensaje, con tu misión, el resultado final será que todos escucharán.

Ahora, me pregunto, ¿tenemos hoy en Puerto Rico este tipo de líder? ¿Tenemos un líder que deseamos escuchar, que está en la línea de batalla y su credibilidad es tal que hay que seguirlo? Lamentablemente mucho de nuestros líderes comienzan muy fuerte, pero terminan muy débiles y maltrechos, esto por tener un carácter débil, donde mienten por salvaguardar sus propios intereses, actúan impulsivamente, y mal utilizan el poder y los talentos ofrecidos, dónde su mayor debilidad en vez de ser corregida, termina apoderándose de ellos. Cuando todo esto ocurre vemos los síntomas perfectos para una catástrofe, pues demuestra que el líder que se tiene, o los líderes que se tienen, no están hechos para tiempos difíciles. Pero simplemente juzgue usted, recordando que el árbol se conoce por sus frutos.